Pase al vacío
Facundo Meli
El soccer, balompié, fútbol, fulbo, fúbol, fulbito o “un picadito” forman parte del top 10 de las palabras más nombradas del mundo. Toda persona en el planeta Tierra conoce su dinámica, dos equipos de 11, dos arcos y un arquero por equipo, se patea una pelota redonda y solo el arquero puede agarrarla con la mano, eso que a simple vista parece simple es la razón de su absoluta popularidad. El propósito de este ensayo no es analizar ni su historia ni su base, sino, todo su circo mediático que lo rodea y de algún otro modo lo condiciona a ser parte de la boca de todos.
El fútbol es tapa del 60% de los medios de comunicación, y como es de público conocimiento, está en decadencia, la trampa más grande con la que viven todos los que forman parte de los equipos es la constante e insoportable crítica y difamación de absolutamente todos los hechos que ocurran en sus vidas profesionales o personales. Por ejemplo, la pasada tapa del diario Olé del 30-06-2020 que apuntó hacia Pablo Perez, el actual jugador de Newells y en ese entonces en Independiente, conocido como el Rey de copas, se había ido expulsado en el encuentro frente a Boca Juniors y acumulaba 5 tarjetas rojas, el presidente decidió rescindirle su contrato y la tapa fue: “Rey de rojas”. Tomando con gracia la expulsión del partido y de la institución. Así pasa con la mayoría, la intención de exponer al máximo a los jugadores o cuerpos técnicos les deja un margen de “error” muy pequeño con el cual es un problema y bodrio lidiar.
Como casi en cualquier otro lado, en el fútbol rige muy fuerte la política. Desde que se convirtió en el gran espectáculo de masas y en el deporte más popular del país, los políticos argentinos se han acercado a él para promocionar su nombre. Es común encontrar a estas figuras participando de la vida cotidiana de los clubes. Los casos de personajes de la política que han ocupado o que ocupan cargos directivos en instituciones deportivas se expanden en el espacio y el tiempo, como por ejemplo Mauricio Macri. Esta doble “faz”, como político y dirigente deportivo, no es algo exclusivo del fútbol argentino. En otros países, donde el fútbol es el deporte de las mayorías, la circulación de las figuras políticas en estos espacios también es posible. El fútbol argentino tiene una particularidad: los políticos que quieren ejercer funciones directivas en las instituciones deportivas deben ser elegidos por y entre sus afiliados. La vía para entrar a los puestos de conducción es la intervención en los procesos electorales, que son voluntarios y convocan a miles de asociados, como pasó el semestre pasado con Boca Jrs. y ya todos conocen, el gran circo que se armó.
Otro aspecto que me parece muy importante destacar es la llevada a cabo de todas las actividades futbolísticas durante esta crisis, parece increíble como la mafia o la presión política en la que se sumerge el fútbol actúa como si nada. El día 10 de mayo de este año River sufrió un brote de coronavirus en su burbuja, dejando así 30 futbolistas contagiados de Covid, a los pocos días disputó un partido por copa Libertadores frente a Fluminense, equipo Brasilero que entró al país como si nada, estando en fase 1. Luego de la derrota de River, Matias Suarez, delantero del club, declaró estas palabras para TyC Sports: “A mí me queda mucha tos, mucho dolor de cabeza, el médico nos dijo que con el tiempo se nos iba a pasar. Ni siquiera podemos entrenarnos con nuestros compañeros”. Y completó: “Estos días lo pasé mal, es una pena que se siga jugando, pero nosotros tenemos que dar la cara todos los días como si fuéramos robots”.
Además, el club sufrió la pérdida del chofer del plantel profesional y Matías Suarez no lo dejó pasar: “Así como le pasó al chofer le pasa a mucha gente, y le puede pasar a cualquier jugador, porque somos todas personas. Para mí, el fútbol no se tendría que jugar. Igual, que diga esto no cambia nada”. Parece mentira, pero es una triste realidad. Cuando me enteré sobre el fallecimiento del chofer del plantel, un escalofrío de esos que te descolocan me recorrió todo el cuerpo, Matías, uno de los referentes del plantel de River, dijo lo que muchos piensan, incluso yo, que no sufro del alboroto en el que están sometidos los jugadores, pero la concientización está en nosotros, los hinchas, porque con el afán de mirar un partidito el domingo por la tarde-noche, perdemos de vista que, además de ser profesionales, son humanos.
En los últimos meses, encerrado y aburrido, dejé de consumir todo tipo de periodismo o mentiras de las que nos enferman; no obstante, el fútbol es una pasión a la cual la construimos entre todos, la solución a estos problemas, está en la gente que quiere justicia, lealtad y tiene los valores esenciales de la vida o el fútbol en su ser y no busca hacer de este maravilloso deporte un negocio.