Ensayo y soy voz

¿Tiene el peso, peso en la economía?

Tomás Seisdedos

Tomás Seisdedos

@isthat_tomas

“La inflación es esencialmente antidemocrática.”
El Estado omnipotente (1944), Ludwig von Mises

Un billete de 100 dólares, pero con Belgrano en vez de Franklin

No hace mucho tiempo, en una reunión familiar surgió como tema de conversación la crisis del 2001 y las consecuencias posteriores que esta trajo consigo. En un momento se trajo a la luz los Patacones y cómo muchas provincias tenían su propia moneda. Fue allí, en ese preciso momento en el que me pregunté ¿Es factible seguir con pesos en el bolsillo?

De chico era muy común para mí el ir a un supermercado y que cuando la chica que me atendía en la caja no tuviese monedas dijese de una u otra forma “no tengo cambio, ¿te puedo dar caramelos?” y sin pensar, por comodidad o por facilidad, aceptar la oferta, y considerar que esos caramelos, valían más que mis dos o tres pesos que podía insistir con quedarme.

Al llegar a mi casa y revisar mi billetera, vi que tenía un par de dólares que me quedaban de un viaje pasado que había realizado hacía unos meses y mientras cerraba la puerta con llave, me replantee ese recuerdo de la infancia, pero con la diferencia de haber pagado con esta divisa, una moneda extranjera, con alto prestigio a lo largo de los años, con grandes bancos y empresas detrás que la respaldan. ¿Hubiera cambiado yo un par de dólares por caramelos? ¿Tenían el mismo valor esos dólares que los pesos que yo había dado?

Monedas como el dólar, el euro, las libras, entre otras, están en boca de todos hoy en día. No es extraño ver titulares en el diario o el noticiero hablando de cómo “el peso se hunde”. Pero, ¿qué significa que se hunda? Por supuesto algo intangible como es un peso no se puede hundir, a menos que tiremos una moneda de un peso al agua, en ese caso sí se rompería la metáfora para volverse realidad.

Pero antes de todo esto, ¿qué condiciones debe de tener una divisa para poder ser una moneda?

Que sirva como moneda de cambio, referencia de valor y reserva de valor.

Bueno, la primera condición el peso la cumple, pues podemos comprar bienes con esta moneda. En la segunda condición, con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que en parte se cumple y en parte no, ya que el valor de objetos de poco costo se puede dar en pesos, como una remera o un café, pero en casos como el valor de un terreno o una propiedad, en la mayoría de los casos, el valor de estas se da en dólares, por lo que el peso no cumple esta función totalmente. Por último y la más importante, la capacidad que nuestra moneda argentina tiene como reserva de valor, la cual, a lo largo de los años, pierde drásticamente su valor, por lo que esta condición el peso no la cumple en lo absoluto.

Es muy interesante ver cómo estas condiciones se dan en una escala piramidal y cómo es necesaria que se pierda primero una para perder la otra.

Primero se pierde la capacidad de ahorrar, cosa que se vio en el peso hace ya varios años (Capacidad de reserva). Luego, si la situación va a peor, se termina perdiendo la capacidad para comparar precios con esa moneda, ya que se vuelve tarea difícil el poner precios a las cosas. Por último, cuando se pierde la capacidad de cambio, véase el caso de una hiperinflación, el billete se vuelve meramente un pedazo de papel con color por encima, y no sirve para comprar nada.

La situación se vuelve aún más curiosa cuando quitamos la mirada de nuestro ombligo y la ponemos a nivel mundial, y nos percatamos de cómo los países desarrollados tienen todos monedas con estas 3 capacidades más que cumplidas, dígase el yen, dólar, euro o libra.

Finalmente, luego de un análisis profundo, vamos a responder la pregunta en cuestion. ¿Tiene el peso, peso en la economía? Pues no, en lo absoluto, y se ve cómo día a día deja de tener poder, con la gente perdiendo la confianza en el mismo, ya que, como sabemos, el poder de la moneda la tiene la nación que la emite y, al ser aquella nación Argentina, la gente no tiende a confiar mucho viendo lo que sucedió económicamente en los últimos años.

Yo creo que es cuestión de tiempo para que la población argentina migre completamente a otra moneda, porque de permanecer así la situación, la moneda irá a peor, asemejándose a lo sucedido con los bolívares en venezuela, la cual al día de hoy, no tiene una moneda fuerte en su país, ya que el papel con el que se fabrican estos billetes cuesta más que la divisa en sí misma.

Así que, como mensaje para todos los argentinos que pueden leer esto, cuidado con el billete que llevan en sus bolsillos, puede que mañana cambie de numero sin que ustedes se enteren.